XX Encuentro de la Sociedad Global de Amigos del País. 28 de marzo de 2019.
La lectura del libro El Arte del Engaño nos lleva a preguntarnos sobre la verdad, sobre la mentira, sobre la misma sociedad, sobre la verdad formal, la jurídica, la literatura, los cuentos, … En definitiva, cuando uno termina de leer el libro (para volverlo a leer con otros ojos) acierta a comprender que hay un cierto grado de progreso y civilización cuando el mundo utiliza el engaño, puesto que sin éste, sin la media verdad, en ocasiones, sin la mentira, la convivencia podría llegar a ser imposible. Y gracias a Daniel Tubau, vemos como engaño, literatura, China, estrategia son un todo que nos habla, en último término, de la persona y su psicología.
Siendo esto así, si somos realistas, empero no creemos que debamos renunciar al idealismo que nos lleva a impulsar los Encuentros Globales. Este idealismo es el que nos dice que es posible construir relaciones de confianza, de reciprocidad, comprometidas con el bien de todos. Además, es posible llevar a cabo este trabajo artesanal, como verdaderos artesanos de la amistad, sin caer en estos atajos y trampantojos que son las tácticas del engaño. Pero debemos saber que existen. De hecho, el mismo Arte de la Guerra, traducido por Ana Aranda excepcionalmente, podría ser una denuncia del engaño.
Como ciudadanos globales, debemos aspirar a ser una compañía y una presencia cercana para el otro, que, siendo tan diferente, con intereses diversos, sin embargo, debe ser digno de nuestra confianza, de nuestra consideración.
Es más, cuando nos juntamos , aunque conocemos como funciona el mundo, nos gustaría tratar de comprender mejor a los demás, de servirles mejor, de ser más francos con la gente, de tratarles como se merecen. Estudiar por lo tanto el pensamiento milenario chino es una manera de comprender un poco mejor la globalización. Hacerlo de la mano de un intelectual como Daniel es una maravilla.

En un momento de la Tertulia Global.
Conocer. ¿Cuándo conocemos? ¿cuándo se conoce al otro, y cuándo se sienten sus sufrimientos (el hombre está llamado al dolor, pero también a luchar por la vida), los porqués de los demás? Conocer que nos pueden engañar, que nos pueden manipular, que nos pueden utilizar, es necesario, pero también es preciso de dar un ejemplo justamente de lo contrario.
Dice el escritor tunecino Mohamed Talbi, en “Islam et Dialogue” que “el preludio del diálogo es la pregunta”. Que la conversación, que viene de conversión a través del otro, con el otro, junto al otro, “no debe buscar la conversión del otro”, eso es a mi juicio una pretensión que fuerza la relación natural que puede darse de confianza, pero también en mi opinión, sí debe buscar la propia conversión personal. Como dice el autor tunecino, más que afirmar nuestras verdades, cuando actuemos y nos relacionamos por la vida, “¿no sería más útil escucharnos y escuchar juntos las preguntas que nos plantean los cambios de nuestro mundo?”
Pues bien, esa conversación con los demás, esa conversión interna, es parte de ese cambio de la vida que propone Daniel, en el libro. El Arte del Engaño trata de estudiar el pensamiento chino a través de sus obras de estrategia más importantes. Pero también es una alegoría de que todo lo que acontece en la realidad es cambio, o un tipo de cambio, si hemos entendido bien al autor. Y no creemos que se equivoque pues ciertamente el hombre ha perdido la noción de los ciclos de la naturaleza, tal vez, porque no se siente como un ser creado, sino como un ser creador por encima de todo ciclo.
Es muy cierto que la naturaleza se renueva una y otra vez para una vida nueva, una y otra vez, y, ¿no es eso una especie de norma absoluta, infinita, una especie de camino, de conversión? Tal vez la conversión interna sea resultado de una conversación con el otro, con la propia naturaleza, con la realidad. Entonces, ¿no pasa a ser el otro necesario, y no pasa a ser imprescindible que esté en nuestra realidad? ¿no pasamos a sabernos parte de un cambio? ¿no facilita esto comprender los cambios del mundo? ¿Dónde queda el engaño, dónde la caridad? Tenemos como humanos la necesidad de que algo permanezca en el tiempo, inmutable. El impulso de la tertulia está en eso, en apoyar la imagen profesional de España, aferrarnos a algo superior a nosotros, nuestro país en la globalización. Es posible. Pero hay algo mucho más inmutable. Los hombres y las mujeres de este mundo, y su contacto con la realidad, y sus relaciones recíprocas basadas en la confianza.
El libro de Daniel y Ana da pistas para comprender a una comunidad de personas milenaria, de más de 1.200 millones de personas, la comunidad China. Pero en concreto, nos hace pasar a decir hola, adiós y gracias (cuando me acuerdo de la palabra) en las tiendas el barrio de los chinos, en su lengua. Porque solo se ama lo que se conoce, o como decía San Agustín, ¿Quién ama lo que ignora?

Foto de grupo del XX Encuentro Global. Club Financiero Génova. Madrid.
Por último, como dice un amigo “lo excepcional es que el cambio dure en el tiempo y se conviertan en una historia”. Pues esa puede ser otra gran historia. Gracias al Club Financiero Génova y al director de su Comité de Nuevas Iniciativas, Pablo Ramallo, y muchas gracias Daniel y Ana por una estupenda tertulia y por vuestra cercanía y tiempo. Somos lo que hacemos en nuestro tiempo libre.
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