Sociedad Global
Nosotros, la primera Sociedad Global de amigos del país.
Ayer entró en vigor el Execution Act 13959 firmado por Trump en noviembre que pone el veto a cualquier inversión americana en una lista negra de empresas de China elaborada por el Departamento de Defensa. Mira las empresas….¿estará Huawei? ¿Alibaba?
Yesterday, the Execution Act 13959 signed by Trump in November went into effect, putting the veto on any American investment in a blacklist of companies in China prepared by the Department of Defense. Look at the companies…. Will be Huawei? Alibaba?
«The executive order prohibits all U.S. investors (institutional and retail investors alike) from purchasing or investing in securities of companies identified by the U.S. government as «Communist Chinese military companies.»A «Communist Chinese military company» is any company that the U.S. Department of Defense has identified pursuant to Section 1237 of the National Defense Authorization Act for Fiscal Year 1999. The prohibition came into effect on January 11, 2021. On December 28, 2020, guidance on the executive order was published clarifying that the order included subsidiaries of the relevant companies.
This companies are….under full screening and veto:
Aero Engine Corp of China
Aviation Industry Corporation of China , Ltd . (AVIC)
China Academy of Launch Vehicle Technology (CALT)
China Aerospace Science & Technology Corporation (CASC)
China Aerospace Science & Industr y Corporation (CASIC)
China Communication Construction Group Company, Ltd .
China Electronics Corporation (CEC)
China Electronics Technology Group Corporation (CETC)
China Mobile Communications
China National Chemical Cor porati on (ChernChina)
China National Chemical Engineering Group Co . , Ltd . (CNCEC)
China National Nuclear
Chi na Nucl ear Engineering & Construction Corporation (CNECC)
China General Nucl ear Power
China Railway Construction Corporation (CRCC)
China Shipbuilding Industry Corporation (CSIC)
China Sout h Industries Group Corporat ion (CSGC)
China Spacesat
China State Constructi on Group Co., Ltd .
China State Shipbuilding Corporation (CSSC)
China Telecommunications
China Three Gorges Corporation Limited
China Uni ted Network Communications Group Co Lt d
CRRC Corporation
Dawning Information Industry Co . (Sugon)
Hikvision
Huawei—————————–>5G: EN ESTE ARTÍCULO, se explica la difícil situación de la Unión Europea ante el proveedor 5G Huawei: competitividad vs seguridad nacional // explains the difficult situation of the European Union with the supplier 5G Huawei: competitiveness vs. national security
Inspur Group
Norinco
Panda Electronics
Sinochem Group Co Ltd
China lo considera una «represión irracional»….China sabe de represión, sin duda alguna.
Mientras tanto, la Unión Europea y China llegan a un principio de Acuerdo de Inversiones que, una vez en vigor, podría mejorar el acceso de los inversores europeos al mercado chino y les dará (en teoría) más garantías de competir en igualdad de condiciones con las empresas locales. En este análisis – resumen de EFE se abordan los retos de este Acuerdo. Lo hemos tratado en la tertulia, todo un reto de diplomacia económica para una Unión Europea atrapada entre sus valores y sus intereses, entre EE.UU. y China. De rivales sistémicos a socios y competidores. Ya lo avisó @UVDL en su Discurso #SOTEU de 2020.
China considers it an «irrational repression»….China knows about repression, without a doubt.
Meanwhile, the European Union and China are coming to a principle of an Investment Agreement that, once in force, could improve the access of European investors to the Chinese market and give them (in theory) more guarantees of competing on equal terms with local companies. In this analysis – EFE’s summary – the challenges of this Agreement are addressed. We have discussed it in the talk show, a challenge of economic diplomacy for a European Union caught between its values and its interests, between the U.S. and China. From systemic rivals to partners and competitors. It was already warned by @UVDL in its #SOTEU Speech of 2020
El Tribunal de Justicia rechaza los campos de internamiento
Santiago Soldevila Fragoso
(Magistrado de la Audiencia Nacional. Juez del Tribunal General de la Unión Europea (2007/2013) —>MÁS EN SMARTECA -LALEY)
La sentencia del Tribunal de Justicia de 14 de mayo de 2020, recaída en los asuntos amulados C-924/ y 925/19 FMS,FNZ y SA, viene a resolver diversas cuestiones vinculada a las políticas de asilo. De todas ellas destaca la relativa a las garantías que deben reunir las órdenes de internamiento de los solicitantes de protección internacional y de aquellos que se encuentren en situación irregular en el territorio nacional, así como las consecuencias del efecto directo que el Tribunal de Justicia concede a las Directivas interpretadas
¿Qué se puede proponer a estas alturas para situar a España en 2025 ante un cambio de paradigma, convirtiéndola en una potencia capaz de surfear la ola de la globalización?
Por una parte, hay que liberar las energías de la sociedad civil española, de la Nación, de todas sus personas, de su capital humano, político, social, empresarial y comprender a España dentro del fenómeno cambiante y poliédrico de la globalización, generando esta apertura un efecto balsámico sobre la identidad de los españoles, en cuyo ADN cultural está el salir al encuentro del otro.
Por otra, debemos adaptarnos estructural y orgánicamente a una globalización que desborda todo lo conocido hasta la fecha, actuando además en A), la cuestión territorial, y en B), la cuestión del equilibrio entre el estado social, el democrático, el de derecho y el autonómico, objeto de este Artículo de Opinión.
A)
Sobre la cuestión territorial, debe actuarse desde el respeto a lo local y a una descentralización administrativa, tanto aguas abajo como aguas arriba, hacia Europa, en aplicación del principio de subsidiariedad:
El actual estado autonómico ha sido perfilado por una sucesiva acción de los distintos Gobiernos de la democracia, tanto del central como de los autonómicos, junto con los pronunciamientos del Tribunal Constitucional. Las más de las veces se ha mercadeado competencias sobre materias por apoyos puntuales a la acción de gobierno o a la misma constitución de gobiernos.
Si una crítica puede hacerse es que el sistema parece que esté siempre en construcción, estando basado más en la noción de autonomía que en la noción de comunidades, en la preponderancia de los territorios sobre los ciudadanos. La finalidad que se persiguió, de contentar a los nacionalismos centrífugos, no se ha cumplido, por mor de la ley electoral (piedra angular de toda democracia (Sartori)).
El verdadero reto con relación al sistema autonómico es su descentralización al nivel local, incluso de barrios, para la distribución más eficiente y eficaz de las competencias y funciones de las entidades administrativas, fijando en la Constitución el nuevo modelo.
Si en la II República la cuestión agraria fue la piedra angular del debate parlamentario, debería introducirse la cuestión municipal y local en la discusión social y parlamentaria, puesto que esta está basada en la subsidiaridad y a su vez ésta en la libertad de la persona. El estado autonómico es incapaz también de atisbar esta necesidad, pues tal es el entramado de los intereses creados.
En estos momentos, las autonomías son mini estados, y son incapaces de dar esa libertad de acción y de administración, e incluso de participación ciudadana, a los habitantes de sus localidades o a sus provincias. El gran ideal de república democrática donde los ciudadanos participan en su propio gobierno y justicia son los EE.UU., en los que el pueblo elige a sus juzgadores, a los sheriffs, bomberos y hasta al bibliotecario en algunas localidades. ¿Qué hay de malo en esto, acomodado a nuestra mejor tradición de participación local, si el mundo globalizado inevitablemente va a dar mayor peso a las grandes ciudades?
Estas cuestiones siguen teniendo impacto en política nacional, interior. Son esenciales para la proyección exterior de España, pero también para la definición final de la cuestión territorial española.
España reconoce al Reino Unido como amigo y aliado. El Reino Unido sigue siendo potencia nuclear, y con un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU, lo que, sin duda, tras el Brexit, complicará toda aproximación al contencioso de Gibraltar. A día de hoy, es improbable que el resto de naciones del mundo que transitan por el Mediterráneo y por el Canal de Suez –es decir, todas-, quieran que un paso tan relevante no esté controlado por al menos tres países (Marruecos, España y Gran Bretaña, sin contar la base de EE.UU. de Rota). Que vuelva a España una de las columnas de nuestro escudo, hoy por hoy, incompleto, aun es política ficción.
La europeidad de Gibraltar es la garantía de la soberanía española en la Roca. España debe trabajar decididamente por un retorno de Gran Bretaña a la Unión Europea, y proponer un período de cosoberanía para Gibraltar. Para ello, hay que creer en la Unión Europea. Igual que una incipiente y aun desconfiada unidad ibérica está lograda ya desde 1986, en la misma Unión Europea.
Con respecto a Marruecos, solo basta echar un vistazo a la historia del Norte de África en los últimos 2200 años, para que caigamos en la cuenta de que sigue siendo, de uno u otro modo, una cuestión fundamental.
Apostar por una unión cada vez más estrecha entre los estados de Europa, de la Unión Europea, es apostar por estabilidad, prosperidad, bienestar, libertad e igualdad.
Siguiendo a De Gasperi, en su discurso ante el Senado para la aprobación de la moción federalista europea, recordaba que no cabe ya ser un mundo circunscrito a los problemas internos nacionales, o perderse en concepciones de carácter retrospectivo, casi reaccionario, de visiones medievales.
Frente a un riesgo de un neomedievalismo neopopulista –falto de la parafernalia militarista -, cabe la propuesta popularista “degasperiana” de un estado social, basado en la solidaridad de hecho, también en Europa, y en el principio de subsidiariedad, aguas abajo, con autonomías y poder local, y aguas arriba hacia Europa, “a través del camino trazado por la democracia” (Eduardo Martínez, en “Alcide de Gasperi”), rescatando el plano trascedente y trabajando por la convivencia entre todo tipo de ciudadanos, también entre creyentes y no creyentes, pues en el diálogo y las preguntas, Europa siempre se encuentra.
España no puede acudir a la globalización sola, sin Europa, pues Europa la necesita, dado que le aporta a Europa su particular visión global del mundo. Necesariamente ha de ser así cuando estamos ligados por sangre a muchos pueblos de la tierra, y hemos colaborado en la creación de una nueva cultura.
En un mundo donde hay grandes cuestiones globales, que deben contar con una regulación de orden especializado, como las cuestiones medioambientales, el comercio, el blanqueo de capitales, las catástrofes y pandemias, la seguridad colectiva, las guerras, los organismos internacionales, etc., la soberanía nacional es un melancólico pensamiento y Europa es una buena solución.
España ha sido global desde que ha sido España, y cerrarse en sí misma, otra vez, es de una visión muy corta de miras que pasaría factura antes o después.
Hoy por hoy es imposible en un mundo cambiante, en un mundo global, con China, con Rusia, con Estados Unidos y con otras potencias emergentes, vivir de manera independiente. De hecho, a mayor dependencia, más necesidad de cooperar sin por ello tener una visión hegemónica. Es la gran fortaleza que tiene España en estos momentos. Su capacidad de llegar acuerdos con prácticamente todo el mundo.
B)
Cuestión del estado de estados. Asimismo, la capacidad de comprender que la cuestión política española pasa, hoy por hoy, en buscar un punto de compromiso alcanzable, posible, justo, en el marco del verdadero “estado federal” español, el conformado por el estado de derecho, el estado autonómico, el estado social-intervencionista y el estado democrático, destensando y variando el rumbo de colisión que sus respectivos principios informadores mantienen en la actualidad.
El estado social exige sin duda un pacto social que pase por su sostenibilidad en el tiempo, siendo el más urgente el necesario respecto a la glaciación demográfica que vive España, así como una nueva educación del siglo XXI que no deje al 30% de los jóvenes sin terminar apenas el bachillerato, así como introducir una visión respetuosa del principio de intervención pública, en particular, con relación a la antropología natural, aceptando otras, pero no imponiéndolas como modelos o referentes.
Para ello, las tesis de Putman sobre elevar el capital social de los países, a través de iniciativas que generen capital puente entre clases sociales –y añado, generaciones- y capital pegamento dentro de ellas.
Asimismo, en la reforma del estado, la cuestión fiscal parece un elemento fundamental, como elemento distributivo para afianzar una clase media depauperada, que puede echarse en los brazos de los populistas a poco que pierda nivel de vida y seguridad.
El estado autonómico, debería poner el acento en fijar unas competencias para cada administración, con inspecciones del estado central en las más relevantes, garantizando que se conozca y se pueda usar el castellano en toda España, y, sobre todo, acentuando la idea de comunidades, más que la de autonomías. Asimismo, iniciando la descentralización hacia los entes locales de determinadas materias transferidas a las CC.AA.
El estado democrático podría reconducirse a una mejor y mayor participación del pueblo español en la toma de decisiones, en los ámbitos que sean previa y constitucionalmente abiertos. No obstante, hay que evitar que este estado incurra en el riesgo del democratismo, donde todo se puede votar y aprobar si lo dice la mayoría, pues sabemos que las mayorías no lo pueden todo.
El estado de derecho, debería reformarse asentando que en España todos somos iguales ante las leyes, y que la constitución jurídica, efectivamente, es posterior a la nación. En estos momentos, la quiebra del principio de legalidad e igualdad ante la ley, la ausencia de listas abiertas, la escasa participación ciudadana, el fin de la presunción de inocencia en algunos supuestos, el ocaso de la visión de una Transición ejemplar de la Ley a la Ley, la separación de poderes inexistente, la integración de los inmigrantes de cultura no occidental (ICNOs), son retos clave que solventar.
La lectura del libro El Arte del Engaño nos lleva a preguntarnos sobre la verdad, sobre la mentira, sobre la misma sociedad, sobre la verdad formal, la jurídica, la literatura, los cuentos, … En definitiva, cuando uno termina de leer el libro (para volverlo a leer con otros ojos) acierta a comprender que hay un cierto grado de progreso y civilización cuando el mundo utiliza el engaño, puesto que sin éste, sin la media verdad, en ocasiones, sin la mentira, la convivencia podría llegar a ser imposible. Y gracias a Daniel Tubau, vemos como engaño, literatura, China, estrategia son un todo que nos habla, en último término, de la persona y su psicología.
Siendo esto así, si somos realistas, empero no creemos que debamos renunciar al idealismo que nos lleva a impulsar los Encuentros Globales. Este idealismo es el que nos dice que es posible construir relaciones de confianza, de reciprocidad, comprometidas con el bien de todos. Además, es posible llevar a cabo este trabajo artesanal, como verdaderos artesanos de la amistad, sin caer en estos atajos y trampantojos que son las tácticas del engaño. Pero debemos saber que existen. De hecho, el mismo Arte de la Guerra, traducido por Ana Aranda excepcionalmente, podría ser una denuncia del engaño.
Como ciudadanos globales, debemos aspirar a ser una compañía y una presencia cercana para el otro, que, siendo tan diferente, con intereses diversos, sin embargo, debe ser digno de nuestra confianza, de nuestra consideración.
Es más, cuando nos juntamos , aunque conocemos como funciona el mundo, nos gustaría tratar de comprender mejor a los demás, de servirles mejor, de ser más francos con la gente, de tratarles como se merecen. Estudiar por lo tanto el pensamiento milenario chino es una manera de comprender un poco mejor la globalización. Hacerlo de la mano de un intelectual como Daniel es una maravilla.
En un momento de la Tertulia Global.
Conocer. ¿Cuándo conocemos? ¿cuándo se conoce al otro, y cuándo se sienten sus sufrimientos (el hombre está llamado al dolor, pero también a luchar por la vida), los porqués de los demás? Conocer que nos pueden engañar, que nos pueden manipular, que nos pueden utilizar, es necesario, pero también es preciso de dar un ejemplo justamente de lo contrario.
Dice el escritor tunecino Mohamed Talbi, en “Islam et Dialogue” que “el preludio del diálogo es la pregunta”. Que la conversación, que viene de conversión a través del otro, con el otro, junto al otro, “no debe buscar la conversión del otro”, eso es a mi juicio una pretensión que fuerza la relación natural que puede darse de confianza, pero también en mi opinión, sí debe buscar la propia conversión personal. Como dice el autor tunecino, más que afirmar nuestras verdades, cuando actuemos y nos relacionamos por la vida, “¿no sería más útil escucharnos y escuchar juntos las preguntas que nos plantean los cambios de nuestro mundo?”
Pues bien, esa conversación con los demás, esa conversión interna, es parte de ese cambio de la vida que propone Daniel, en el libro. El Arte del Engaño trata de estudiar el pensamiento chino a través de sus obras de estrategia más importantes. Pero también es una alegoría de que todo lo que acontece en la realidad es cambio, o un tipo de cambio, si hemos entendido bien al autor. Y no creemos que se equivoque pues ciertamente el hombre ha perdido la noción de los ciclos de la naturaleza, tal vez, porque no se siente como un ser creado, sino como un ser creador por encima de todo ciclo.
Es muy cierto que la naturaleza se renueva una y otra vez para una vida nueva, una y otra vez, y, ¿no es eso una especie de norma absoluta, infinita, una especie de camino, de conversión? Tal vez la conversión interna sea resultado de una conversación con el otro, con la propia naturaleza, con la realidad. Entonces, ¿no pasa a ser el otro necesario, y no pasa a ser imprescindible que esté en nuestra realidad? ¿no pasamos a sabernos parte de un cambio? ¿no facilita esto comprender los cambios del mundo? ¿Dónde queda el engaño, dónde la caridad? Tenemos como humanos la necesidad de que algo permanezca en el tiempo, inmutable. El impulso de la tertulia está en eso, en apoyar la imagen profesional de España, aferrarnos a algo superior a nosotros, nuestro país en la globalización. Es posible. Pero hay algo mucho más inmutable. Los hombres y las mujeres de este mundo, y su contacto con la realidad, y sus relaciones recíprocas basadas en la confianza.
El libro de Daniel y Ana da pistas para comprender a una comunidad de personas milenaria, de más de 1.200 millones de personas, la comunidad China. Pero en concreto, nos hace pasar a decir hola, adiós y gracias (cuando me acuerdo de la palabra) en las tiendas el barrio de los chinos, en su lengua. Porque solo se ama lo que se conoce, o como decía San Agustín, ¿Quién ama lo que ignora?
Foto de grupo del XX Encuentro Global. Club Financiero Génova. Madrid.
Por último, como dice un amigo “lo excepcional es que el cambio dure en el tiempo y se conviertan en una historia”. Pues esa puede ser otra gran historia. Gracias al Club Financiero Génova y al director de su Comité de Nuevas Iniciativas, Pablo Ramallo, y muchas gracias Daniel y Ana por una estupenda tertulia y por vuestra cercanía y tiempo. Somos lo que hacemos en nuestro tiempo libre.
Mi valoración es que se trata de un mal acuerdo para los “brexiters”, que se quieren ir, porque se van a cámara lenta y sin dar un portazo, y un mal acuerdo para los “remainers”, porque se van en todo caso, y porque este acuerdo no fuerza (aun) un segundo referéndum, que en todo caso, casaría mal con la democracia (votar y votar hasta que salga quedarse).
No les gusta a nadie, y tal vez sea lo único que haga bueno el acuerdo a ojos de la opinión pública, así como que May se pliegue a gobernar una salida en la que no creía aceptando la voluntad de la mayoría –lo cuál es valorado por los más acérrimos defensores de la tradición inglesa-. En cualquier caso, si tiene un logro este acuerdo es generar la sensación en la conciencia de la sociedad británica, de que no hay vencedores y vencidos, de que todos pierden. En España, esta conciencia es al revés. Sólo unos piensan que han perdido y otros no creen haber ganado. Todo, a pesar del abrazo que se dio la “Generación del 78”. Abrazo que quedó retratado en la Constitución. Volviendo al caso inglés, en cuanto a la percepción de que gana la Unión, para una parte muy sustancial de la población es así, lo cuál no es bueno “in fine” para la causa de la unidad europea en el Reino Unido, pero es un aviso a navegantes al resto de países de la Unión.
A primeros de diciembre del año pasado se sentaron las bases para este Acuerdo sobre tres grandes victorias para los intereses de la Unión Europea: los derechos de los ciudadanos comunitarios en las islas; el coste del divorcio; la no existencia de frontera entre Irlanda y el territorio británico de Irlanda del Norte.
Con el nuevo acuerdo, la Unión se garantiza un período de tutela sobre el Reino Unido de, mínimo, dos años, en que ésta no tendrá ni voz, ni voto, ni representantes en el Parlamento europeo, y sí le aplicará todo el acervo comunitario.
Sucintamente, el Acuerdo concede el derecho a permanecer y continuar en sus trabajos y su situación a más de 3 millones de europeos comunitarios en el Reino Unido, y más de 1 millón de británicos en la Unión. Por ejemplo, los trabajadores comunitarios en Gran Bretaña podrán permanecer bajo condiciones básicamente iguales, quedando prohibida cualquier discriminación por razones de nacionalidad, y asentándose el principio de ser tratados de igual manera con relación a nacionales del país anfitrión. Eso sí, tendrán que instar un nuevo permiso de residencia que se tornará en permanente, aparentemente sin problemas –incluso en el caso de parados-. Igual sucede para los estudiantes, e incluso podrán buscar trabajo o ser autónomos en el Reino Unido –previa solicitud de un nuevo permiso de residencia-.
Se han negociado todos los asuntos posibles. Desde derechos de propiedad industrial, pasando por cooperación policial, uso de datos personales, adquisiciones públicas, cooperación judicial, procedimientos judiciales y administrativos, procesos de investigación por ayudas de estado -durante 4 años después del fin del período de transición (31.12.2020) el Reino Unido queda sujeto a las reglas de la UE-, que el Reino Unido deba trasponer a su ordenamiento interno 3 directivas de la UE en materia fiscal –Código de Conducta en materia de impuestos de la UE, de intercambio de información fiscal y relativo al deber de información de las compañías de inversión –lo que complica bastante ser un paraíso fiscal-, cláusulas de irreversibilidad en materia social, medioambiental y laboral –que complica a las Islas ser una especie de Singapur en Europa, etc.
Si esto se ve como una derrota en el Reino Unido es porque las bases del Brexit partían del derecho a discriminar a los ciudadanos no británicos -como en la época de Isabel I y hasta hace bien poco, se podría discriminar a los católicos (aun hoy no pueden ser reyes de Inglaterra)-. Si es una victoria en la UE es porque no se pensaba nunca discriminar a los británicos.
Sin duda alguna, no es buen acuerdo para los “brexiters” más radicales. Los que querrían ver el canal convertido en un océano. No ven París mucho más lejos de lo que está actualmente. Tampoco se acercan a China ni a ese paraíso fiscal anhelado.
En todo caso, May no sabe cómo vender el resultado de una negociación que ha durado dos años, y que prevé un período de transición que puede ser prorrogado una y otra vez. Ni a propios, pero tampoco extraños, parece convencer este Acuerdo.
El futuro no pinta bien para los conservadores británicos, a los que solo les une el horror de tener delante de ellos a un partido laboralista izquierdista, dispuesto a acabar con un estado de impronta “tacherista” (por la Dama de Hierro Margaret Thatcher). Pero aun ganan en las encuestas. Aunque Jeremy Corbyn bien sabe remontar en campaña electoral.
Hay un asunto que como jurista no quiero dejar pasar. Sirve para comprender que no todo está perdido para una transición tranquila y ordenada, que es lo que este Acuerdo garantiza. Es la prevalencia del derecho de la Unión Europea.
La última palabra la va a tener ante un conflicto la Corte de Justicia de la Unión Europea (o Tribunal). No obstante, se ha ideado una magnífica pasarela que hace que la intervención de la Corte no sea automática, sino que debe mediar una valoración previa, que ha de realizar un panel de 25 árbitros (10 propuestos por Reino Unido, 10 por la Unión y 5 de manera conjunta), sobre si una determinada cuestión se debe conocer a la luz del derecho de la Unión o no –y antes, un comité político se habrá pronunciado al respecto-. Pero esto vaya usted a decírselo al señor Smith, que cría vacas en las verdes praderas de Gales y muy probablemente lo perciba como un traspié de la primera ministra May.
Lo que es evidente es que ahora, el Reino Unido está sociológicamente y políticamente dividido. Sucede como en el País Vasco hace quince años, o actualmente en Cataluña. Es una nueva división entre lo urbano y lo rural, entre los que abrazan la globalización como oportunidad -a pesar de los resultados evidentes en cuanto a sueldos bajos, trabajos precarios y temporales y familias súper-reducidas-, o como una pérdida de tradiciones y de arraigo. No es una cuestión de izquierda o derecha. Es una cuestión más honda, casi de concepción de la persona, y sobre todo, de la ciudadanía y de las relaciones que se dan en ella, y entre sus grupos sociales (Putman). De la visión de lo que es un ciudadano. Así, puede ser un “brexiter” un conservador de libro, como un radical izquierdista anti globalización.
Posiblemente, no se conozca el verdadero alcance de la decisión de David Cameron – el mayor jugador de apuestas y político inconsciente, al menos desde la Inglaterra del siglo XVIII, época en que les dio por apostar, sobre todo a las clases pudientes, por todo tipo de causas ridículas-.
Como se sorprende el periodista y ex jugador de criquet Mike Atherton (“Gambling: a Story of Triumph and Disaster”), en la actualidad, este hábito de apostar “no solo se tolera, sino que sorpresivamente se fomenta”.
Pues vengan las apuestas, pero desde luego el Reino Unido tendrá una mano atada esta vez durante al menos 15 años o una generación, para hacer lo que siempre ha hecho, enredar para que ninguna nación europea prevaleciera en el continente sobre el resto. Con un continente unido, veremos cómo se juega al típico juego geopolítico inglés. Y veremos también quien le querrá liberar esa mano.
“Rule, Britannia! Britannia rule the waves. Britons never never never will be slaves” (“¡Gobierna, Britania! Britania gobierna las olas. Los británicos nunca, nunca, nunca seremos esclavos”).
http://www.paginasdigital.es/v_portal/informacion/informacionver.asp?cod=8763&te=15&idage=16558&vap=0&npag=1