XXI ENCUENTRO
ENCUENTRO XXI (desde 2009) de la Tertulia LA PRIMERA SOCIEDAD GLOBAL DE
AMIGOS DEL PAÍS, I presencial tras la pandemia global que tantas cosas ha cambiado,
hasta a nosotros mismos.
Contamos con la creatividad “HIPFLASK”. Mientras haya regulación, aunque sea un algoritmo auto editable con IA, si hay “curva humana”, hay
esperanza. Qué sea para bien. Por todos nuestros muertos, por todos los muertos por Covid. In Memoriam.
“…frasco de cadera o “hipflask”, un envase chiquito,
fabricado según la curva humana, para el contrabando de la
bebida al por menor, y que también se llama linterna de
bolsillo, o sea elemento para la borrachera personal”
(Singladuras, Concha Espina)
“¿Cómo reiniciar el mundo?”. No es cualquier pregunta. Es el título de un libro de un
amigo nuestro (Ángel Díaz Miguel) (actualmente, blog Curios), que una vez me presentó. Mark
Stevenson, un divulgador curioso, a lo Punset, con menos años e inglés.
Los autores Thomas Hale y David Held hablan de “gridlock”. Es un embotellamiento de la
gobernanza de los asuntos globales (energía, seguridad, clima, armamento, finanzas…). Implica
la incapacidad de los países de cooperar a través de instituciones internacionales para afrontar
problemas relativos con políticas públicas que superan sus fronteras. Es, al mismo, la
incapacidad de los países de llegar a nuevos acuerdos, así como las disfuncionalidades en las
instituciones, y apuntaría, además, que en otros procesos de tipo global.
En definitiva, el mundo, y más tras la pandemia, se observa como un lugar interconectado,
interdependiente, acaso más pequeño, pero al menos desde occidente, no tenemos tanta
confianza en el futuro como teníamos antes, y lo que es peor, es posible que se esté perdiendo la
motivación, la esperanza, la propia palabra de futuro, entre grandes partes de población.
Entonces, se está perdiendo el propósito de las personas. ¿Qué decir de la confianza digital? La
confianza, según Putman, argamasa del capital social de toda sociedad, pienso que también de la
nueva sociedad global.
Tal vez, a medida que ese propósito de las personas va desapareciendo de su propio radar,
surgen elementos que van directamente a reconfigurar las motivaciones y propósitos de las
personas mediante las nuevas tecnologías, que no solo ayudan al hombre en su vida en la tierra,
sino que pueden cambiar la perspectiva o la mentalidad de este, hasta el punto de interferir en el
propósito de cada persona en este mundo. ¿Para qué estamos aquí? ¿Por qué trabajo? Preguntas
pertinentes, y constitutivas de nuestro ser persona, que diría Mounier.
El pasado domingo, me hablaron de un profesor, que posiblemente hastiado de la vida en una
gran ciudad, y dada su condición de bilingüe en inglés y español, había decidido cambiar de
aires e irse a una isla lejana a enseñar inglés, total,… No se lo que puede pasar por la cabeza de
una persona que, joven, da ese paso tan importante. Pero se que antes se daba por sobrevivir,
por espíritu aventurero y ahora, sucede, que se da el paso, muchas veces, sobre todo, porque se
puede hacer, es posible, y entonces se hace. El hombre como medida de todas las cosas, en su
plena autodeterminación. Acaso, la gran pregunta pueda ser “no la de que podemos hacer sino la
de qué queremos, y sobre todo, qué debemos hacer (ABC, Tercera, 11 de mayo de 2022,
Federico de Montalvo”), y en esto, dónde queda la tecnología de IA, el machine learning, el big
data,…
Hete aquí que la tecnología, si bien pudiera tener un papel muy relevante, porque nos ayudaría a
encontrar el propósito, tal vez partiendo de nuestros gustos, sin embargo, en la actualidad, más
que coadyuvar, parece que puede llegar a sustituirnos, …si le dejamos, por supuesto, quedando
el hombre menos “autodetermiando” (si es que esto es posible, dada nuestra condición de seres
sociales). El capitalismo cognitivo…
La persona, sola ante la decisión, para algunos, ya no sería tan persona porque aun pudiendo
escoger, decidir esto o lo otro….tal vez, un algoritmo habría influido sobre él. Un algoritmo
podría cumplir esta función, sustituir a la persona, y se pensará que incluso actuar más
eficientemente. Tal vez exagero…pero surge la tecnología de lo digital como un demiurgo que
todo lo puede y todo lo conoce de nosotros, pero, ¿acaso es deseable que, como sucedería con
unos padres, estos conozcan todo de sus hijos, y no pongan estos en juego, en algún momento,
su libertad? (no solo de elección, pese a que esta es la nueva concepción de libertad).
Volviendo al joven profesor, nunca dejará de estar un poco en España, aunque esté lejos, y
tendrá en las redes y la tecnología un gran aliado para preparar sus clases y seguir (algo) en
España. Lo que puedo afirmar, es que cuando un algoritmo le aconsejara la marcha al Pacífico,
en ese momento, la Humanidad entera estaría perdida.
Entonces, tenemos un mundo aparentemente más manejable, más de bolsillo, pero no es claro
que esa capa de homogeneidad global, sea suficiente para conformar una verdadera sociedad
global, pues parece más bien algo abstracta y desconectada de lo que comúnmente hemos
llamado echar raíces.
Hasta que ese profesor no eche raíces, emborrachándose, en malasaio o tagalo, o de un beso a
una mujer preciosa, o se enamore de una gran obra de arte producida por la cultura a la que
llega, o entienda el doble sentido de un chiste o se conmueva con una canción local, no habrá
echado raíces, y la globalización será más bien como el mar de los sargazos, en medio del mar
Océano, pero no el verdadero mar.
Gustavo Bueno hablaba de la globalización como ideología, bajo cuya cubertura no existiría
jamás el caos. “Mito confortable”, nos advertía. Lo que es claro, es que la globalización digital
genera una gran cantidad de datos, y que no somos las personas una amalgama de datos
personales, estando en juego, en la regulación que se haga de estos datos – ¿por quién?-, de la
gobernanza de la globalización, la pervivencia de nuestro sistema de derechos y libertades…y la
concepción de la persona. Y que somos mucho más que nuestra capacidad de escoger, pues
escogemos porque somos mucho más.
Y en eso estamos, en medio de problemas de cooperación en múltiples ámbitos, de “gridlocks”,
en las finanzas, la salud pública, el desarme, o la actividad minera y extractiva, o el cambio
climático, o la energía… Surge en este ámbito, o por esto mismo, un descontento en occidente,
junto con una percepción aun no anulada, ni “algoritmizada”, de poseer como ciudadanos, un
derecho a desear, que vuelve a surgir de las cenizas del idealismo del Mayo del 68 de la
Sorbona de París (esta noche se cumplen 54 años).
Es manifiesto este deseo, y este descontento. Entonces, sucede que estamos insatisfechos, no
hay confianza, surgen miedos, y las oportunidades se ven con resignación, a la defensiva, y si
hacemos algo heroico, como cruzar el globo entero para dar clases, es más una huida que una
conquista. Incluso la defensa heroica de Ucrania es un absoluto acaso ideológico, cuando la
alternativa pudiera llegar a ser el mal mayor, de la III guerra mundial. Difícil umbral, al que se
refería en ElPaís Habermas este domingo 8 de mayo.
Y en esto, la democracia, se ve afectada, porque ella no es algo lejano, ni abstracto, sino la
propia dignidad humana en marcha, concebida en términos políticos.
El hombre ahora es concebido como dato, como pedazo de materia prima digital, y la religión
del dataismo (Harari, Homo Deus, “el valor de todo viene determinado por su contribución en
términos de procesamiento de datos”) que todo lo mide, y todo lo cree saber (Harari, Byung Chul Han),
emerge como gran templo, con sus nuevos cibersacerdotes, profetas dice José María Lassalle, de diversos dioses (el dios Facebook, el dios Amazon, el dios Twitter,…..) que son los dioses del cotilleo, del consumo, de la información….con sus césares (Musk, Gates y cía…).
El hombre dato es como el hombre sin alma, desposeído no ya de su prole o del derecho a
tenerla, sino de su privacidad. El estado sucumbe, porque emergen nuevos actores en la
globalización, casi todos privados, casi todas empresas, casi todos con un ánimo de superar al
viejo estado, que para muchos es aun fuente de sentido, de identidad y de logros sociales en el
caso del estado del bienestar, como aprovechan los extremos políticos hoy día. Incluso en
China, el estado totalitario y nacionalista, limita y controla a las compañías chinas tecnológicas.
En este orden emergente, no existe en cambio un Necker (ministro de Luis XVI) capaz de
convocar los Estados Generales ante una grave crisis, aunque fuera para pedir más dinero. Y no
existe un Necker, porque sencillamente, no existen unos Estados Generales que convocar en el
globo, si se me permite este pobre silogismo.
No existiendo una canalización de las reformas necesarias, como bien apunta nuestro invitado
en su obra Ciberleviatán, a través de la norma, queda por descubrir el papel que nos espera en
cyberia (el ciberespacio regulado).
Es fundamental adentrarnos y sumergirnos de nuevo en la ética, en el humanismo digital del que
nuestro otro invitado, Leonardo Cervera, es adalid.
No es de extrañar en el caso de José María (en tu caso Leonardo, dada tu condición de servidor
público, no entraré a elucubrar), que sea un liberal el que advierta de la necesidad de regular y
ordenar lo que está pasando en el mundo ciber. Y de volver a la corporeidad. En mi caso,
practicando karate.
No es de extrañar porque ese sentido de pertenencia innato en el ser humano es totalmente
manipulado por muchas plataformas tecnológicas, hasta un punto ciertamente monopolístico,
que viene a ser lo totalitario, en el mercado. Aviso a navegantes de Hanna Arendt.
El liberalismo es la lucha permanente por la emancipación de la “letre de cachet” del Antiguo
Régimen, de lo arbitrario, el destierro de la esclavitud del hombre, del estado, sí, pero también
de un Dios aterrador a lomos de una religión que fue no menos inquietante, y ahora, solo unos
ojos liberales son capaces de detectar nuevas biblias, nuevas religiones, nuevos sacerdotes, o
nuevos dictadores, nuevos manifiestos o nuevos totalitarismos o acaso, una nueva Sumer, con
un templo distribuidor del cereal o de la paga de subsistencia, o renta básica universal.
Verdaderamente, el precio de la libertad es la eterna vigilancia. Y PARA REINICIAR EL
MUNDO, iniciemos esta conversación, y si os hace, podéis pensar en el manifiesto para unos
procesos globales.
¡A disfrutar de la buena compañía, la buena comida, el buen vino de Rioja y, claro está, de la
conversación!
Y, como dicen en el tebeo del Príncipe Valiente, “luchad con bravura, cantar alegremente y
reíd cuando muráis, pues moriremos como hemos vivido, alegres y libres” (palabras del noble
Camoran a sus hombres, ante el fiero Atila, en el asedio de Andelkrag).
¡GRACIAS!BIO INVITADOS
José María Lassalle Ruiz (Santander, Cantabria, 23 de octubre de 1966) es consultor, escritor,
profesor universitario y expolítico español del Partido Popular. Ha desarrollado su trayectoria
académica en varias universidades públicas y privadas españolas. Es Director del Foro de
Humanismo Tecnológico de ESADE y profesor de Filosofía del Derecho en la Universidad
Pontificia de Comillas (ICADE). De 2016 hasta junio de 2018 asumió la secretaría de Estado
de la Sociedad de la Información y Agenda Digital y anteriormente fue Secretario de Estado de
Cultura entre 2011 y 2016 en ambos casos en los gobiernos de Mariano Rajoy. Es autor de
numerosos ensayos y publicaciones académicas sobre pensamiento político y filosofía
anglosajona. Es consultor privado y analista. Escribe en El País y La Vanguardia. También es
colaborador de Las mañanas de RNE y Hoy por Hoy de la Ser.Leonardo Cervera Navas es el Director de la Oficina del Supervisor Europeo de Protección de
Datos (EDPS), la Autoridad de Protección de Datos de la Unión Europea.
Licenciado en Derecho por la Universidad de Málaga y Máster en Derecho Europeo por la
Universidad de Granada (España). Fue becario en la Universidad de Duke en Carolina del
Norte (EE.UU.) como parte del Programa de Becas de la UE de la Comisión Europea. También
posee un diploma de posgrado en gestión de recursos humanos de la Universidad de Kingston
(Reino Unido). Es Miembro de la Academia de Ciencias de Málaga (corresponsal en Bruselas).
Leonardo se unió a la Comisión Europea en 1999 y desde entonces ha estado trabajando en el
campo de la Protección de Datos en las instituciones de la UE. En 2010 se incorporó al SEPD
como Jefe de la Unidad de Recursos Humanos, Presupuesto y Administración y fue nombrado
Director en 2018. Como Jefe de la Secretaría, es miembro del Consejo de Administración del
SEPD, responsable de asesorar sobre datos derecho y política de protección, y tiene a su cargo
la coordinación e implementación de las estrategias y políticas de la institución.