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Entrevista al ex eurodiputado Enrique Calvet

Enrique Calvet Chambon (1950) es un economista y político social liberal español. Perteneció al PSOE entre 1968 y 2005. En sus comienzos estuvo vinculado a UGT. Ha trabajado en el sector público empresarial en cargos de responsabilidad. Entre los años 1986-1992 y 2004-2014 fue miembro del Comité Económico y Social Europeo (EESC). Fue eurodiputado de 2014 a 2019.

Usted, que ha sido hasta hace poco eurodiputado, ¿puede explicar quién es un eurodiputado? ¿A qué se dedica?

Como dice, lo he sido hasta hace poco, y esperemos que también en la próxima legislatura, pues no me jubilo de mi vocación europea. Un eurodiputado es una persona elegida en el estado donde reside normalmente, o bien elegida en su nación. Idealmente, en principio, el diputado elegido se compromete a defender los valores europeos y trabajar para la ciudadanía europea, por encima de visiones localistas de donde pueda provenir. Lo que hace es unir todos los intereses de esa parte de Europa de donde proviene con los de la globalidad. Por lo general, lo hace en una cierta clave o visión ideológica, dentro de los partidos que tienen representación en el Parlamento europeo. Luego, es cierto que hay muchos tipos de parlamentarios. Hasta el punto de que los hay, por ejemplo, que trabajan en contra de lo que sería su obligación, es decir, trabajan denodadamente para paralizar, cuando no destrozar, el avance de la Unión Europea. Resulta contradictorio, pero en España, incluso en Bélgica, se dan estos casos de mano de los secesionistas, que entran en los parlamentos nacionales para destrozar España, o Bélgica, y se lo permiten las respectivas mesas del Parlamento. Hay otros muchos que lo que van realmente es a defender las cosas de su terruño. Me explico. Me refiero a intereses muy localistas, muy relacionados con una región concreta, con un sector concreto, normalmente agrícola, por poner un ejemplo, para defender la agricultura de Frisia. Después, la gran mayoría trabaja para defender un modelo europeo que se ajuste mejor para su nación, en su entendimiento.

¿Es un verdadero parlamento, homologable a los nacionales?

A lo largo del tiempo ha ido asumiendo más funciones, pero tradicionalmente no asociadas a la función principal de un parlamento: aprobar los presupuestos y controlar al gobierno y la defensa. El Parlamento europeo tuvo una primera misión, asociada al carácter de una representación simbólica y consultiva, hasta Lisboa, donde ya pasa a tener cierto poder, si bien sigue siendo enorme la diferencia con los parlamentos nacionales.

¿Qué tres diferencias diría que hay?

Primero, aunque yo luche para ello y sigo luchando por ello, los eurodiputados no son elegidos en listas paneuropeas, en función de partidos paneuropeos (es decir, que en una lista pueda ir un español, con un belga y un estonio, eso no pasa). No se presentan como tales partidos europeos, no existen listas trans-europeas y eso ya de por sí es muy distinto a lo que ocurre en los parlamentos nacionales.

Segundo. Sus poderes son limitados y menos importantes que los de un parlamento nacional pues éste tiene la obligación de legislar, es el poder legislativo, pero el europeo lo hace con el colegio de estados nacionales que conforman el Consejo europeo. Hay un “ten con ten” entre el Consejo y el Parlamento y, sin embargo, hay determinados temas sobre los que no haría falta esta codecisión. Todo parlamento debe tener competencias en asuntos tan relevantes como la defensa y los presupuestos. Como dicen muchos teóricos, un parlamento tiene sentido cuando legisla sobre la utilización de los dineros públicos. Recientemente, está asumiendo esta capacidad presupuestaria, pero no es plena. No obstante, son una constante en el ámbito europeo las llamadas vías indirectas de actuación.

¿A qué se refiere?

Me refiero a materias que no puede legislar el Parlamento como, por ejemplo, el mercado de trabajo, pero sobre las que se pronuncia, y aunque su posición no sea vinculante, porque acaso regule derechos fundamentales, la decisión o las orientaciones pasan a tener mucho peso.

Siguiendo con las diferencias con los parlamentos nacionales…

Decía, sobre el Parlamento, que en tercer lugar, una diferencia clave con los nacionales es la de que al no tener en su origen la capacidad de legislación, digámoslo así, sobre aspectos que podríamos llamar concretos, como es el presupuesto, la defensa, seguridad, incluso educación, en manos aún de los estados… es decir, como en el día a día el Parlamento a veces se separa de aspectos, de consecuencias prácticas, el Parlamento se adentra en una vía a veces de frikismo, y perdóneme la expresión, en la que se erige o ejerce como una especie de “aula ideológica de Europa”, marcando una ideología europea, con resoluciones muy ideológicas, no sobre materias concretas de la realidad, que pienso deberían quedar reservadas a los estados pues en los estados europeos esta ideología utópica está muy alejada de su propia realidad.

¿Sería deseable que la Unión Europea tuviera más competencias?

Es fundamental. Los que critican a la Unión Europea no se dan cuenta que esa crítica tiene que ir a mejorar y llevarnos a más Europa, a la vez que a mejor Europa. En determinados campos eso supone sin duda compartir más soberanía, si no incluso cederla.

Pero, ¿por qué es fundamental?

Porque si Europa no se une en cosas fundamentales, como la defensa, la seguridad y la política comercial y la exterior, por solo citar estas… en un nivel de “continentalización”, si sus estados se quedan en el nivel solo nacional, España, como Alemania, incluso Inglaterra, pasan a ser irrelevantes, con muy poca soberanía, pues lo que van a vivir vendrá determinado –como pasa ahora– por Washington, por Moscú o por Pekín y, si acaso, por magnates como el señor Soros. Un estado por separado, del tamaño de los europeos, no tiene ya poder de negociación porque la relación de fuerza es infinitamente pequeña con los grandes continentes.

Apunta a la defensa, ¿por qué?

Por poner un ejemplo, esto en defensa es clarísimo. Europa en defensa, por ejemplo, es un protectorado de la OTAN y de Estados Unidos. Ya nos pasó con la exYugoslavia, que era nuestra, que está ahí… en Europa, y también al final nos tuvieron que ayudar los americanos interviniendo, igual que ha pasado en Libia, pues al final terminas llamando a EE.UU. Eres por lo tanto mucho más soberano si tienes un Ejército europeo unido, bajo una unidad de mando, con una unidad de estrategia, que tendrá a lo mejor en la cúspide a un español o tal vez a un chipriota, pero seguro, como todo se tiene que repartir geográficamente en la Unión, acabará habiendo militares españoles en los segundos y terceros niveles de mando. En este caso, eres mucho más soberano si puedes hablar de tú a tú en el plano continental, porque la soberanía se entiende ahora desde este plano, desde este nivel de interlocución con otros bloques o estados-continente como EE.UU., Rusia o China.

Si tú en cambio eres un señor que solo ofrece la base de Rota, en Cádiz, a los EE.UU., pero que va a hacer lo que Estados Unidos quiera por ejemplo en Marruecos, eres menos soberano. Si Europa pierde, que está perdiendo, el tren de la “continentalización”, se va a convertir en irrelevante, una especie de América Central donde todo el mundo decide por ellos.

¿Estaría Europa en una fabulosa decadencia?

En las épocas de decadencia, muchas veces se vive muy bien, no hay más que ver España. Todo el mundo piensa que se vive muy bien, y se vive muy bien. Pero para los que pensamos en el futuro, vemos que esas épocas de decadencia, como la del Imperio Romano, preparan un futuro catastrófico. Es así.

¿Es la UE muy pragmática en política exterior –pago anual a Turquía para controlar el flujo de refugiados, diálogo energético con Rusia mientras invade Ucrania…– pero más ideológica hacia el interior?

Una política exterior europea, como la americana o la china, es fundamental también. Que sea sólida y sin fisuras, pero no lo es, porque priman intereses nacionales distintos muchas veces. Como político que soy (si me permite, desde prácticamente al borde de mi jubilación, pues antes he sido un profesional y siempre he estado en el Comité Económico y Social europeo, que es sin remuneración), la geopolítica de Europa y de España tiene que estar al servicio de los intereses de los europeos. Ni los estados, ni la política, son ninguna ONG. Puede molestar a los utópicos y a los jóvenes, cuanto más jóvenes más, pero un mundo mejor empieza en la gente que te vota para vivir mejor y más protegida, de modo que no sería por tanto abrirse a la otra mejilla, lo siento mucho, por usar palabras evangélicas en este contexto internacional.

Una política común no se puede dar en muchos terrenos deslizantes de la política exterior, como Israel, Turquía, Cuba, etc. porque los estados que forman la Unión no tienen los mismos, o no defienden los mismos intereses, derivado de intereses históricos, económicos. Pero en cambio, nadie se imagina que Alaska o Alabama se puedan oponer abiertamente a la política exterior del presidente de EE.UU. y su secretario de estado, mientras que aquí Holanda y España no opinan igual en la relación de la UE con Cuba, por ejemplo.

¿Por qué sucede esto?

Porque no lo ven como proteger una mejor Europa, sino como proteger mejor a una mejor empresa española o a una holandesa. Una vez que tienes una política continental, en cambio, tienes un modelo de sociedad que, por cierto, está en los tratados europeos y, por lo pronto, te protegerás de los que quieren atacarlo. Esto hay que ir explicándolo muy bien.

Quo vadis Europa?

En este momento, mi respuesta es un punto de interrogación, y es lo más optimista que puedo decir. Europa necesita probablemente una Constitución, que ya se intentó, pero tiene que ser algo más que un pacto interestatal o entre gobiernos y reformar sus valores, dando más visión Europa a determinadas políticas, y a lo mejor retrotrayendo a las naciones determinados campos en los que la Unión, para disculpar que no se metiera en lo que se debería haber metido como, por ejemplo, la defensa en un ministro de economía común, se ha metido en aspectos de índole cultural, muy ideologizados, y muy de los estados, y no tiene por qué.

En EE.UU. hay estados que tienen la pena de muerte y otros que no. Aunque unos años fue un tema centralizado y del estado federal, el Supremo dijo que no, que era competencia de los estados. Y en asuntos como el aborto, eso está ligado a elementos culturales, a desarrollos culturales diversos… Yo mismo he tenido que regular sobre el control del alcoholismo o el pedigrí de los animales. Es absurdo. A mí me apoyaron por mi defensa del vino en el Parlamento europeo. Una amiga estonia me dijo que ellos no bebían vino, pero que el alcohol es una gran plaga en Estonia, de ahí la contraposición de intereses en aspectos muy culturales. Entonces, habrá que dejar a cada nación más cancha para que se resuelvan sus propios problemas, de acuerdo con su propia idiosincrasia. Es necesaria una nueva Constitución y un nuevo armazón de Europa, siendo lo importante, que es inevitable y necesario aprovechar las economías de escala, los valores de libertad, y defensa de la misma. Ahí Europa tiene que tener más concentración de decisiones, mando único, etc…

¿Y qué es la Conferencia para el Futuro de Europa?

El eurodiputado belga Guy Verhofstadt, que es un belga hábil e inteligente, es el coordinador de la delegación del Parlamento europeo. Como federalista europeo, que es una opción, no la única, pero no veo cuál otra, el problema es que esta Convención viene en un momento inadecuado. Esta conferencia no está teniendo la eficacia, la potencialidad que se quería, sirve más bien de disimulo ante la imposibilidad de llegar a un marco o entendimiento europeo. Debe partirse tal vez de una Europa de diferentes velocidades… creo más en este tipo de Europa.

¿No será que no existe una opinión pública europea?

Esto se debe, sin duda alguna, a la voluntad destructiva de los estados, para no perder su poder crean eurofobia y euroescépticos, porque no quieren, precisamente, compartir soberanía, como eran los ingleses conservadores, ahora en España VOX. Todos coinciden en decir que en el origen no se referían a esto (una unión cada vez más federal) los padres fundadores y los tratados iniciales, pero no es cierto pues había una visión ahí, el documento de Spinelli, Schumann, hasta Churchill que habla de los Estados Unidos de Europa… A ver, el modelo es EE.UU., y no es ni China ni Rusia. En Europa no sale el modelo de integración intentando lo realizado por Carlomagno, Hitler o Napoleón. Hay que respetar y dejar las culturas diversas de las naciones. Entonces, esta famosa conferencia que comentábamos es un disimule de buenas voluntades ante los problemas que plantean los países de Visegrado, Lepen en Francia (que, si no sale en Francia, es porque los franceses han interiorizado el euro y sería demasiado romper, cosa que VOX no quiere romper). Europa solo como un acuerdo comercial internacional, aparte de triste, sería demasiado débil para el contexto mundial actual, y llevaría a la destrucción, pero incluso los que creen en una Europa más federal, como Bélgica, que vive de esto, en ocasiones te sacan que la justicia es estatal y se niegan a colaborar (léase con las extradiciones de los políticos separatistas). En EE.UU. hay delitos federales y estos no se deciden a nivel de, volvemos a decir, Alabama, sino de jueces federales. Los políticos de los estados, al tener su base electoral en el estado… Habría que elegir dirigentes a nivel europeo. Esto ayudaría a conformar esta opinión pública europea.

Hay soluciones tecnocráticas, pero parece que el europeo siente cómo las cuestiones que vive como cotidianas se quedan en el tintero y no tienen respuesta europea.

Tampoco para Trump, que desde luego no buscaba esa respuesta europea. Para él no existía la Unión Europea. Por eso negociaba con los países. Es el divide y vencerás, y tienes unas colonias ricas en Europa, lo que viene bien, pero a nivel geopolítico y de relación de poder no deciden nada. Por eso no salió el acuerdo comercial con EE.UU., porque Europa exigió proteger el medio ambiente, otras revisiones y exigencias.

Como el tribunal de arbitraje comercial.

Exactamente, una serie de las cuestiones más ligadas al lado de la soberanía que a lo puramente comercial. Normas laborales, fiscales, etc. que EE.UU. no quería armonizar con Europa. EE.UU. tan solo quería tratar sobre aranceles y facilidad de intercambio de mercancías, pero no quería negociar cómo se organizan ellos internamente como sociedad. Luego, veladamente, EE.UU. además también hacía, por ejemplo, con Francia, un acuerdo comercial.

¿Se puede mejorar la conexión entre representantes y representados en las democracias europeas?

Sí, es un problema muy complejo, y nadie tiene las ideas muy claras. Está poniendo sobre la mesa la crisis del sistema democrático representativo. Estamos en eso, y no es bueno. Es lo que es, y asistimos ahora a una pérdida de credibilidad de la democracia representativa, merecida, porque somos los políticos cada vez más pobres intelectualmente, y menos merecedores de una cierta autorictas representativa. Estamos en una época populista complicada, en el sentido de que los medios de comunicación, las redes sociales van creando una sociedad que no es que no sepa, sino que, a diferencia de la gente del siglo XX, en que la gente sabia era gente del campo, y era tan sabia que sabía mucho de lo suyo y sabía sus limitaciones y en quién se podía confiar o si no intentaba averiguarlo. Ahora, todos creemos saber, y entonces te equivocas siempre a la hora de tomar decisiones. Estudio, ética, dedicación, experiencia. Eso es saber. La democracia representativa ha sido minada pero su sustitución es realmente muy peligrosa, y la democracia asamblearia, que puede describir Carl Schmidt, cuando hablaba de la voluntad exaltadora del pueblo, etc., que daría pie a transformar la capacidad legislativa y de iniciativa popular, tiene mucho peligro, porque en última instancia, tras un parlamento, hay millones de votos con toda su gama, y detrás de una Iniciativa Legislativa Popular –ILP– habrá, a escala europea, no más de un millón y medio, como mucho, en Europa, y además, perfectamente nucleados y trabajados por activistas, pero representando a una parte pequeña de la población.

Entonces, ¿también la participación puede acarrear ciertos riesgos para la democracia representativa?

Le pongo un ejemplo. Se debatió en el grupo liberal en el Parlamento europeo, si teníamos un millón de firmas para defender eso o lo otro, si las deberíamos asumir como grupo y legislar ese tema. Sucede que es relativamente fácil conseguir un millón de firmas, por ejemplo, contra el aborto, contra el divorcio, pero si la democracia omnicomprensiva global la sustituyes por ILPs, que son activistas, que pueden tener razón o no, puedes llegar a lo que pasa en el Parlamento europeo, que representa muchas veces algo que no es la espina dorsal cultural de Europa, y parece más bien sesgada hacia ciertas posiciones. Por supuesto, hay que tener en cuenta la alta abstención en elecciones al Parlamento europeo.

¿Puede ser el Consejo Económico y Social el organismo que pueda asumir algún tipo de rol o función legislativa?

Darle poder solo a técnicos y tecnócratas, habiéndolos buenos, no es deseable. Han de ser consultados, eso sí, y de hecho el Comité Económico y Social debe ser obligatoriamente consultado, y mi experiencia es que lo que dice el Comité sí es tenido en cuenta, y la ley dice que cuando es descaradamente rechazada la opinión del Comité, este tiene derecho a que se razone por qué y puede llevarlo a las autoridades europeas como acto de violación de sus derechos. Pero se le tiene en cuenta, pues representa una sociedad civil organizada, es decir los intereses empresariales, sindicales y el tercer sector, sobre todo, ecologistas, de agricultores, de colegios profesionales, etc. Definitivamente, sí se le tiene en cuenta.

Ir un poco más allá se puede ver. Pedir una reacción motivada en cada caso, tipo Consejo de Estado, pero si se le ha de dar algo, podría dársele la prerrogativa de que toda ILP a nivel europeo debiera ser encauzada a través del Comité, pues es el representante de una enorme sociedad civil, y lo mismo diría en España.

¿Por qué sería bueno?

Porque ahí sí, gente preparada y gente con diversas visiones de la sociedad civil podría decir, por ejemplo, usted tiene muy olvidada la energía más verde y segura que puede haber, la fusión nuclear (que es limpia, y que la investigación en ese campo se ha frenado descaradamente por el sector petróleo, usando además las ecologistas), pues podría haber una ILP con toda la sociedad civil que potencie ese plan de estudio sobre la fusión, etc., y así con otros asuntos. Así que sí, se le podría dar a la sociedad civil organizada, no a la movilizada por activistas, y sí, podría haber alguna ILP con obligada atención, pero con mucho cuidado para no caer en manos de lobbies, aparentes o no, populismos, etc, pues no olvidemos que la primera sociedad civil organizada es el Parlamento.

Variando de tercio, en cuestiones de liderazgo, ¿ve a Merkel al frente de la Comisión en un futuro, o qué político puede tomar ese testigo europeísta para que prospere más unión?

Lo más optimista es un punto de interrogación, de nuevo. España está al borde del abismo. Veo su desaparición jurídica más bien cercana, pero Europa está también en la mala senda, de la irrelevancia. Merkel es lo menos malo que tenemos y ha demostrado ser una europeísta a su manera, tampoco muy entusiasta porque tiene problemas dentro, pero encontrar un Delors no es fácil. Los Spinelli, De Gasperi… Hoy Churchill sería poco más que catalogado de churrero, y las redes sociales le hubieran hecho desaparecer pronto. Merkel es lo mejor que podemos tener, o empezar a plantearse muy en serio la educación y uso de los medios de comunicación para hacer ver a la sociedad europea dónde va la senda de desunión que está tomando. Podrían salir líderes más jóvenes con otro sentido de la responsabilidad, que no sea solo el de ganar las próximas elecciones.

Dos preguntas sobre casa. ¿El nacionalismo de los partidos secesionistas ha llegado tarde a la historia, al mundo global donde se comparte o se cede soberanía a escala europea y global, con retos globales más allá del nivel de terruño?

Rebrotan los nacionalistas, pero llegaron tarde a la historia ya en la época de Hitler, y llegan en el momento del Romanticismo. El problema con Cataluña y Vascongadas es un tema de hace no más de 150 años, con Prat de la Riba y Sabino Arana, este profundamente racista y etnicista. En este sentido los que llegan ahora en España no es que estén llegando tarde, sino que rebrotan contra la historia beneficiosa. Están retrotrayendo al tribalismo la historia de Occidente, lo cual es el abismo. Eso en España, pero también la actitud nacionalista de determinados partidos en otros países, en Francia Lepen. Entre todos están llevando a Europa hacia atrás en la historia. Lepen, Hungría, Polonia, la hipervaloración de la raza, de la etnología, del supremacismo y el “solos nos va mejor”… mentira, claro. Sí, el nacionalismo es totalitarismo, como se ve en Cataluña, y es la guerra, como dijo Mitterrand. Pues no hay nacionalismo que no se imponga con violencia. Han llegado no tarde, sino en el momento que están destruyendo a un continente y a una nación como España. Un continente frágil por joven, una nación milenaria, frágil por la incapacidad de sus políticos de comprender la senda en la que estamos.

España: oasis democrático o espejismo democrático, a raíz del inconstitucional estado de alarma, la extravagante propuesta de regulación de seguridad nacional, o por la escasa participación ciudadana en consejos escolares, en comunidades de vecinos….

Somos una democracia fallida. En una breve alocución como la que estamos teniendo, que no podemos profundizar en exceso, sí puedo afirmar que somos un estado fallido, por resumir. Lo que falla en España, esencialmente, no es la Ley de Seguridad Nacional de 2015, que quieren reformar ahora, aunque es más bien un globo sonda para distraer. Lo que la falla es la desaparición, a veces, o la prostitución del estado de derecho. No hay democracia sin estado de derecho. Cosas como los indultos, o ir destrozando, prostituyendo y legislando en contra de la Constitución en muchas Comunidades Autónomas, en Cataluña y Vascongadas, pero no solo, como la inmersión lingüística, las multas por rotular en castellano…

¿Estaba en el espíritu de la Constitución del 78?

Todo esto no estaba en el espíritu de la Constitución y yo estaba ahí, lo vi, nadie imaginaba en el 78 que alguna vez en alguna villa o pueblo de España no pudieran los niños aprender en español. Con la Constitución se pasaba a garantizar que se podría aprender en catalán, pero que no se pudiera en español, eso es sin más la destrucción absoluta de una nación. Francia permite las lenguas, pero se enseña y estudia francés, bastante lo saben los suizos, los belgas y los franceses. No se está respetando el estado de derecho y el Tribunal Constitucional español ha colaborado funcionando como una tercera cámara, y si no hay estado de derecho, hay arbitrariedad, y pasa a haber ciudadanos de primera, segunda y tercera en cuanto a derechos. Esto como aspecto ético y ontológico.

Sartori hablaba de la importancia de la ley electoral.

Precisamente le iba a hablar de este asunto fundamental también. En España está el tema de la ley electoral, en el plano representativo, pues en las elecciones las fuerzas no están correctamente representadas, y llevamos decenios chantajeados por partidos que quieren destruir no ya España, sino la democracia española, pues necesitan los votos de los separatistas y filo-separatistas (confederalistas, como se quiera llamar), y en épocas en que ha habido mayoría absoluta (difícil ahora de reproducir), como sabían que iban a necesitar los votos de PNV, CiU… también las grandes decisiones, no ya las leyes técnicas, sino las de decisiones de política nacional estaban sometida al chantaje de minorías separatistas.

España necesita, si es vedad lo que dijo el Tribunal Constitucional, que no era una democracia militante, pues mire usted, necesita una Constitución en la que hagamos una democracia militante porque si no nos vamos, pero nos vamos de irnos. Y todos los que han negociado con Europa saben que es difícil negociar en Europa cuando en casa no se puede implantar lo que negocias, porque te van a decir que si el cupo vasco, que si esto o lo otro. En Bruselas nos dirán que el cupo va contra el libre mercado, pero es que lo tenemos así. En Europa no se sabe muy bien quién gobierna en España. España es un proyecto común compartido con sus sacrificios, sus derechos y deberes, para todos, a veces con muchas libertades, a veces sin ellas, como en la dictadura, pero estaba ese proyecto común.

¿Es el federalismo un mal parche en el caso español, y se debiera apuntalar la noción de Comunidades (y menos lo de Autónomas)?

Soy para la UE federalista pero nada para España por lo que dijo Ortega, que las naciones y sociedades desunidas el federalismo las agrupa, pero en las naciones integradas, el federalismo divide, y cuando empiezas a separar y dividir no vas a parar, más aún con fronteras inventadas, que son administrativas. Las fronteras de una nación son algo más serio, se reconocen en la ONU, con reconocimiento internacional, y para cambiar hace falta como poco una guerra o un acuerdo internacional. Las nuestras, entre Comunidades, son administrativas y se han convertido en fronteras internas. El mapa autonómico español es un absurdo económico, pues España daría muy bien para cinco o seis regiones, salvando las insulares, adaptadas a las economías de escala. Sería más inteligente. Las fronteras interiores no están en la Constitución, y darles a esos niveles regionales el poder político que corresponde a un estado es un absurdo. De todos modos, los primeros que no querrán son los separatistas, que están mucho más allá, y la confederación también es la desaparición de España, acaso la británica, pero no ha habido estable en la historia, y la suiza no me la cite, que presenta unos rasgos unitarios mayores que en España, y la seguridad social en Suiza no se le ocurre a un cantón ni pedirla.

¿Entonces?

Una regionalización si, una federación no. España no se ha descentralizado, y habría que ir a las comunidades locales, lo ha dicho ahora una nueva ministra, porque esa parte de descentralización, muy bien desarrollada en Bélgica, habría que potenciarla pues es la que está más cerca del ciudadano esta administración. Pero la descentralización de las CC.AA. ha sido una multicentralización, pues la gente se las ve y se las desea ahora con el centralismo de Valladolid, de Valencia… porque han creado centros de decisión regionales, con todo lo que supone de sobrecoste, parálisis, sobrecarga. Una multiplicación de los efectos de la centralización, pero claro, como tenemos que regionalizamos en función de identidades. En cambio, la democracia es una suma de grupos diversos, conviviendo en un proyecto común.

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Interview to William Drozdiak about Macron´s vision of Europe

 

For more than four decades, William Drozdiak has been regarded as one of the most knowledgeable American observers of European affairs. During his tenure as foreign editor of the Washington Post, the newspaper won Pulitzer Prizes for its international reporting on the Israeli—Palestinian conflict and the collapse of the Soviet communist empire. He also served as the Post’s chief European correspondent, based at various times in Bonn, Berlin, Paris and Brussels, and covered the Middle East for Time magazine. He later became the founding executive director of the German Marshall Fund’s Transatlantic Center in Brussels and served for ten years as president of the American Council on Germany. Before becoming a journalist, he played professional basketball in the United States and Europe for seven years. His highly acclaimed book, “Fractured Continent: Europe’s Crises and the Fate of the West,” was selected by the Financial Times as one of the best political books of 2017. His latest book, on Emmanuel Macron and the future of Europe, was published by Hachette and PublicAffairs in April 2020.


1.- This year you have published a book that has been echoed by, among others, the Washington Post and the Financial Times. It is entitled «Europe’s Last President: Emmanuel Macron’s Mission to Revive France and Save the World». It would seem as if Macron was a new Joan of Arc, or a new Charlemagne. What do you mean by the title? Why «the last»? From what or whom to save the world?


I chose the title «The Last President of Europe: Emmanuel Macron’s Race to Revive France and Save the World» because I became convinced during my time with him that he is the only leader now on the European stage who acts on the vision and ideals of the founding fathers of the European Union. It is ironic and tragic that a time when France has chosen its most pro-European leader in the postwar era, the other leaders of the EU, including Angela Merkel of Germany, have pursued a path defined by economic nationalism. Macron is a man in a hurry because he believes that unless Europe becomes a more integrated political community it will fall behind and lost its clout on the world stage at a time of resurgent big-power rivalry involving the United States, China and Russia. It is a shame that it has taken three years for Germany to wake up and realize that the potential demise of the EU, as was feared in the early days of the pandemic, would be suicidal for German economic interests. The adoption of the European recovery plan is a big step forward but if it falls apart it could spell disaster for the future of a more united Europe.


2.- Macron emphasizes the strategic autonomy of the European Union. Juncker, spoke of European sovereignty, in 2018. Is Macron’s aspiration, bridging historical distances, to a «moment 1776», a kind of Declaration of Independence for Europe? In this vein, Could the European Union be, for Macron, a way to allow the continuance of France’s influence in the world? With its back to the traditional transatlantic link, or as a complement?


Macron believes that Europe’s strategic autonomy is essential to preserving its sovereignty and its voice in the leadership of world affairs. He sees the future of France as inextricably connected to the future of Europe, hence his desire to modernize France at the same time as pushing to invigorate the drive for a more integrated Europe. As a pragmatic realist, he has no illusions about Europe’s need to defend its interests against other big powers, including the United States.


3 .- For you, the U.S. Administration (whatever may be) should have an eye on what happens in Paris but, Why not Berlin?


I believe France could serve as the key strategic partner in Europe for the Biden administration. After Brexit, France will be the dominant military power on continental Europe. It is the only partner capable of projecting power into the Indo-Pacific region, where more than one million French citizens live in this vast oceanic region, and which the Biden administration considers a top strategic priority in containing China.

4.- You have studied in another interesting book (“Fractured Continent”) the successive crises and divisions through which the European Union has recently passed (Brexit, refugees, immigrants, struggles with Poland and Hungary, the banking and debt crisis,…). Paraphrasing the German sociologist Ulrich Beck (+), What could reconcile Europeans with Europe (despite all these crisis) and with other Europeans (despite all fractures and divisions)?

Europeans must realize the extraordinary success through peace and prosperity that the European Union has brought to their everyday lives. The EU is too much taken for granted by its citizens; if it disappeared, Europe would be a more unstable and poorer region of the world. It’s time for a new generation to wake up and show their abiding support and enthusiasm for a more united Europe, which is in the interests not just of Europeans but also Americans.


5.-Spain played a very unknown role for the average American in the U.S.A. war of independence. In a few years, the U.S. could also be a Latin country, if only for the number of Spanish speakers, surpassing Spain or Colombia. What could be the role of Spain?


Spain already plays an important strategic role as a partner of the United States. Spain’s influence in the Caribbean and South America already serve American geopolitical interests and should be preserved and defended. And with Spanish-speaking immigrants becoming the fastest growing part of the American population, Spain should continue to serve as a vital cultural, economic and political ally for the United States.

Entrevista a Ann Cavoukian: «Se pueden encontrar caminos para maridar salud pública y privacidad».

«Se pueden encontrar caminos para maridar salud pública y privacidad»

La Dra. Ann Cavoukian es reconocida como una de las principales expertas en privacidad del mundo. La Dra. Cavoukian sirvió durante tres mandatos como Comisionada de Información y Privacidad de Ontario, Canadá. En aquel tiempo creó el concepto de Privacidad desde el Diseño (Privacy by Design), un marco que busca integrar proactivamente la privacidad en las especificaciones de diseño de las tecnologías de la información, la infraestructura de redes y las prácticas comerciales, logrando así la mayor protección posible. En la actualidad, es la directora ejecutiva del Centro Global de Privacidad y Seguridad por Diseño. También es profesora en la Universidad de Ryerson y en la Universidad Estatal de Arizona. Además, es autora de dos libros, “The Privacy Payoff: How Successful Businesses Build Customer Trust” con Tyler Hamilton, y “Who Knows: Safeguarding Your Privacy in a Networked World” con Don Tapscott. Ha recibido numerosos premios en reconocimiento de su liderazgo en materia de privacidad, entre ellos el de ser nombrada como una de las 25 mujeres más influyentes de Canadá. (entrevista realizada también para www.paginasdigital.es).

¿Qué es privacidad para Ann Cauvakian? ¿Está la libertad amenazada de algún modo en nuestra sociedad digitalizada?

Permítame que le cuente una historia personal y familiar. El origen de mi familia es armenio. Mis abuelos lograron escapar del genocidio armenio por muy poco en 1915. Mi abuelo estaba en prisión. Con mi abuela tuvo tres hijos. Mi padre tenía tres años en ese momento y mi abuelo, para salvar a mi familia, dado que dibujaba muy bien y era un artista, pintó un dibujo realmente hermoso. Mi abuela me contó la historia de que mi abuelo siempre le hacía llevar papel de pergamino y carbón. Era un artista. Una noche, gracias a que se fijó en el rostro de los generales turcos, y dado que realmente le encantaba preguntar a quienquiera que fuera, y que tenía una vela y muy buena memoria, que por cierto es la fortaleza de toda sociedad, pasó la noche dibujando el rostro de uno de esos generales. A la mañana siguiente, logró con mucho esfuerzo que uno de los soldados le diera el retrato a aquel general, con los saludos de mi abuelo, pero ¿quién querría mirar aquel dibujo? Pensó que iban a morir asesinados aquel día, pero apareció un soldado a caballo a una velocidad vertiginosa, que había sido enviado por el general del retrato, pues éste quería saber quién lo habría retratado tan bien en aquel papel de pergamino, a carboncillo. Ese gesto significó la libertad para mi familia. De lo contrario, hoy yo no estaría aquí.

Las historias asociadas con la libertad para las personas que somos armenias, como yo, son muy importantes. Mi abuela me dijo, dado que yo era especialmente “devota” de la privacidad, que en prisión sufrió la ausencia de la misma. Que una palabra en aquel tiempo a favor de los armenios era la muerte en el acto. Los susurros, evitar que supieran nuestras conversaciones, todo eso, me hace pensar que en el mundo que queremos vivir, necesitamos privacidad.

Sin duda, siempre cuando tienes una misión en la vida, que nace desde muy dentro de ti, hay un motor como este testimonio personal. ¿Se atreve a predecir cualquier cambio social motivado por nuestra realidad digital? Tal vez, ¿un nuevo concepto de lo que entendemos por vida privada?

Por supuesto, hay que decir a la gente que tienen que ser muy cuidadosos en el mundo digital. Por ejemplo, sobre cómo compartir su información, a quién se revela, etc. porque hay riesgos que no se pueden ni imaginar para la privacidad de los datos personales que te pueden perseguir en algún momento de tu vida, pero también quiero dar a la gente esperanza. Por lo general, la gente piensa que la vigilancia es tan desenfrenada ahora que no podemos pensar que vayamos a tener cualquier forma de privacidad en el futuro y eso simplemente no es cierto. Lo que quiero decir es que la gente no debe darse por vencida, ni entrar en este tipo de pensamiento porque es muy destructivo. Siempre tendremos privacidad, aunque pueda ser más difícil de lograr a veces y otras veces menos, pero les diría que no se rindan, que no miren las probabilidades de no tenerla. Recuerde la historia de mi abuelo que le acabo de contar. Si hubiera pensado en las probabilidades de liberarse y si hubiera hecho caso a aquellos que le dijeron que si estaba loco, no estaríamos hoy aquí hablando. Simplemente no va a suceder que no haya privacidad, y no se olvide de que también existen probabilidades de que se hagan cosas que aumenten la privacidad.

¿Por ejemplo?

Por ejemplo, en este sentido, quiero resaltar a sus lectores que hay ciertos conceptos relevantes, de los cuales se oye poco, como por ejemplo la “identidad centralizada” o “descentralizada”, que influyen en la privacidad. Se están sentando las bases para lo que se denomina “la identidad descentralizada”, que consiste en que grandes empresas como Microsoft, IBM… permiten a los individuos controlar su identidad y datos personales gestionados por estas empresas, en lugar de tener su identidad localizada en una base de datos centralizada como hacen Google o Facebook. En este sentido, la base de datos se movería a un lugar seguro, bajo el control del individuo que puede controlar cómo están identificando la información que da, así como contrarrestar el tipo de vigilancia que se pueda estar llevando a cabo. Lo digo como ejemplo de que no podemos rendirnos, piense en Apple y en su encriptación de extremo a extremo y cómo está creciendo a lo grande, y que también aumentarán el número de nuevas técnicas de protección, así que no hay que rendirse en relación a la privacidad. Hay que buscar maneras de proteger tu propia información, especialmente en el mundo online, en especial en estos tiempos de Covid donde todo es digital, y tomar algunas medidas para proteger tu identidad online, teniendo cuidado en esta área y sobre todo, reitero, no rendirse. El mundo de la privacidad es un mundo en crecimiento, en desarrollo.

¿Cree que la gente, a pesar de las advertencias sobre privacidad, da sus datos personales muy alegremente a todo aquel que le se los pide?

En líneas generales, le lleva tiempo a la gente aprender por qué necesitan tener un mayor control sobre su información y no sólo dejarlo en manos de otros y así, las empresas van teniendo un conocimiento adicional extra, por lo que conocer tu propia información es crítico. Tenemos políticas de privacidad desde el diseño, regulaciones sobre privacidad, acceso a la información que tienen las compañías de nosotros, y sabemos cómo los datos nos pueden afectar en manos de terceros. Podemos hacer todo esto. Pero también, por otro lado, muchas empresas disponen de certificados de privacidad, desde el diseño, y les ayuda. A mí me han dicho muchas empresas que les sirve para construir una relación comercial basada en la confianza con sus clientes.

¿La transparencia en la gestión de las políticas de datos personales ayuda?

Sí. Esta trasparencia con los datos personales, en realidad, como me reconocen las empresas, les beneficia porque tienen miles de datos personales, y la intervención de las personas (los titulares de los datos) les ayuda a catalogar los datos personales, actualizarlos, desecharlos, registrarlos… de manera que aumenta la calidad de la información…

Al tener las personas acceso a sus propios datos, realmente se produce una situación ganadora (“win-win”) para todas las partes involucradas, donde no se enfrentan los intereses de unos contra los de otro. De hecho, la privacidad desde el diseño y que se permita el acceso a los datos personales almacenados por las compañías a los propios interesados es sobre todo un juego en el que ganan todos, y no donde uno gana si el otro pierde, de suma cero. Las empresas ganan sobre la calidad de la información, y las personas, por tener control sobre la información que quieren compartir con las empresas.

¿En qué medida sus siete principios fundamentales de la privacidad pueden parar lo que parece una imparable tendencia a trasformar la noción de privacidad después de la aparición del Covid-19?

No voy a sugerir que este no es un momento difícil. Siempre que se tiene en frente una pandemia como el Covid-19 lo es, y los gobiernos tienden a querer aprovecharse y acceder a tu información, tu información personal. El miedo es libre, la gente está tan asustada que dicen que está bien que sea así, que si tienen que revelar su información que no hay problema, pues quieren estar seguros, saber quién tiene Covid y quién no. Contra esto he estado luchando fuertemente estos últimos tiempos y reamente no podemos aceptar esto. No sé si existirá en España, supongo que sí, pero en Canadá hay una App que rastrea los contactos que uno haya podido tener, en relación al Covid, que se basa en el marco Apple-Google, que protege totalmente la privacidad.

¿Por qué es bueno para la privacidad?

En primer lugar, un individuo puede elegir descargar la aplicación o no, que le enviará algo parecido a «notificación de exposición». Se le notifica que ha estado expuesto a alguien que está a dos metros de usted y que ha dado positivo en el test de Covid y la fecha. Después, en segundo lugar, este individuo luego decide qué hacer con esta información, si ir a su médico de cabecera o a las autoridades de salud. Apoyo esto totalmente porque desde el punto de vista de la privacidad es 100% efectivo.

¿Qué le diría a la gente sobre su privacidad en tiempos de pandemia?

Lo que trato de decirle a la gente cuando hago todas mis entrevistas con los medios de comunicación es que tenemos formas de proteger la privacidad y mejorar la protección contra el Covid, y en realidad podemos hacer ambas cosas, no se puede concebir una cosa contra la otra. De hecho, 300 epidemiólogos de todo el mundo, de 26 países, escribieron una carta abierta al gobierno de sus respectivos países y dijeron que, si los estados iban a involucrarse en la vigilancia para realizar pruebas de Covid, etc.… debían trabajar la privacidad en los métodos de notificación asociados con la vigilancia, pues de otro modo la gente no se conformará ni participará en los programas de vigilancia y será una estrategia condenada al fracaso. Por tanto, se pueden encontrar caminos para maridar salud pública y privacidad. Ambos aspectos son relevantes. Debemos descartar los juegos de suma cero, o de ganar o perder, de todo o nada. La privacidad no trata de eso, sino de que su preservación es buena, incluso en la estrategia de vigilancia de la salud pública, pues fomenta la participación de la gente (en las medidas de salud pública que incluyen aplicaciones y notificaciones digitales).

Por último, la gente debe comprobar si las App de vigilancia y notificación del Covid que se instalen están desarrolladas bajo el marco o los estándares de Google-Apple, porque al comienzo, por ejemplo, Australia e Inglaterra no lo hicieron bajo este marco, y apenas hubo gente que se la descargó, porque entendieron que no protegía su privacidad. Ya no es así, pues ambos países cambiaron hacia el marco de juego fijado por Apple-Google y, como resultado, la App tuvo mucho más éxito entre la población.

Alemania, por su parte, con este marco de Apple-Google desarrolló hace unos meses otra App, y a las 24h tuvo más de 6.5 millones de descargas y creo que han llegado a los 40 millones, porque Alemania tiene una excelente política de protección de datos personales. Alemania dijo a sus ciudadanos que no podía identificarles, que era imposible gracias al excelente desarrollo realizado por Apple y Google.

¿Puede ser la privacidad el instrumento para solucionar los problemas de desigualad que puedan generarse por el uso de datos (unas personas como contribuyentes netos de datos personales a las empresas, y otras, todo lo contario)?

Es muy buena pregunta, y no es una pregunta fácil de responder, porque dependerá de los sujetos, de las personas, y del uso que hagan de sus propios datos personales, y realmente mucha gente no hace nada al respecto, aunque espero que adopten alguna protección para protegerse a ellos mismos. A medida que las personas participen en actividades que puedan comprometer sus datos personales, y lo hagan aplicando una perspectiva de privacidad, esto puede tener un impacto significativo en términos del valor añadido que las personas pueden obtener del uso de las tecnologías digitales (sin que sean fuente de peligro para sus datos personales).

Insto a la gente a no quedarse en un segundo plano sino a participar en la protección de sus datos y no estoy sugiriendo que no deberían revelar sus datos, sino que se pregunten ellos mismos cuando se relacionan con empresas, cuando se interesan por lo que ofrece una empresa, si su información va a ser utilizada por éstas, para qué, etc., o si la van a entregar a terceros y, después, que les trasladen la pregunta a las empresas.

Por tanto, se trata de establecer una relación mutuamente beneficiosa entre personas y empresas, de modo que aquellas estén dispuestas a conocer más de las empresas, a interesarse por los bienes y servicios que ofrecen a los consumidores, es decir, a recibir información útil de las empresas, y estas, a cambio, se beneficien de contar con los consumidores (para hacer negocio con ellos protegiendo sus datos personales). En definitiva, se trata de animar a la gente a participar y tener voz para decir lo que quieren y lo que no quieren y esto servirá a sus necesidades enormemente.